Papeles Rojos

En el socialismo, a la izquierda

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mayo 29, 2004

Teo Uriarte, la batalla por la libertad

Entrevista a Teo Uriarte, a cargo de M. Murcia
revista electrónica Chispas, diciembre 2003


«Asumir desde la izquierda la unidad de España como patria común es revolucionario»

Condenado a muerte en el Proceso de Burgos en 1970 junto con su compañero y amigo Mario Onaindía. Con Mario y Bandrés impulsaron un proceso de reflexión autocrítico que les llevó a la ruptura y abandono de ETA; y la fundación de Euskadiko Ezquerra, que acabó integrándose en el Partido Socialista de Euskadi. Diputado por el PSE en el Parlamento Vasco, hoy es presidente de la Fundación por la Libertad.

La batalla de Euskadi por la libertad

Chispas.- Decía tu compañero y amigo Mario Onaíndía. «Uno no es patriota donde ha nacido sino donde puede ser libre». Y también que «La batalla de Euskadi no es por la paz sino por la libertad.

Teo Uriarte.- Efectivamente, allá donde una persona adquiere sus derechos para ser persona, es donde se encuentra que es su auténtica patria. Que además enlaza con la concepción internacionalista universal de todas las grandes ideologías que ha habido a lo largo de la historia. Uno es de allí donde se encuentra libre, donde se encuentra útil. Las personas que vivimos la dictadura, nos acordamos perfectamente de este eslogan del caudillo que utilizaba siempre y que tuvo su culminación en aquella campaña que se llamó «25 años de Paz». Debajo de un régimen tiránico o una dictadura puede existir paz: la paz de los corderos, la paz del silencio, lo importante es que esa paz se sostenga en la libertad de los ciudadanos, la paz está supeditada a la libertad, sin libertad no existe auténtica paz.

Ch.- ¿Quiere decir que en Euskadi no hay libertades democráticas, sino fascismo? ¿Que la camarilla que dirige Arzalluz ha transformado el autogobierno en un «régimen fascista»?.

T.U.- En Euskadi lo que hay es un sistema con un régimen opresivo. A la presión que ejerce la amenaza del terrorismo, hay que sumar la presión política y económica de un partido en el poder con una administración de carácter corporativo a su servicio. Es una situación que solamente los que vivimos el franquismo la recordamos, de presión, de silencio, de semiclandestinidad, una situación tremenda que en muchos casos alienta, por un lado el desistimiento y por otro al exilio; es un régimen reaccionario sobre grandes sectores de la sociedad, como otros movimientos históricos fascistas que ha habido.

Ch.- Cada vez estamos viendo más escritos y declaraciones que relacionan a Arzalluz y los suyos con el nazismo. ¿Pero no crees que hay que ser consecuente y pasar a establecer claramente que la línea de Arzalluz es una línea de corte nazifascista, y el plan que han presentado es un plan de esa naturaleza?.

T.U.- Hace siete años el Foro de Ermua en su nacimiento, para escándalo de muchos, manifestó la naturaleza nazi del movimiento que emergía en Euskadi. La recuperación de determinados aspectos de Sabino Arana, el fundador del nacionalismo, caracteriza mucho más de nacionalismo xenofóbico incluso racista a lo que han puesto en marcha en el País Vasco. Sobre todo en las vísperas del pacto de Estella y posteriormente. Incluso en el modelo político social que han impuesto en Euskadi hay grandes semejanzas con el nacimiento de los nazismos o de los fascismos.

El eje oculto

Ch.- Precisamente ahora que Arzalluz y su camarilla han presentado su plan Ibarretxe, ¿No está más claro que nunca que no quieren la independencia, sino separar Euskadi de España para convertirla en un satélite de las burguesías dominantes europeas?

T.U.- Bueno sería pedirle demasiada coherencia. En mi opinión no existe tanta coherencia como para poner al servicio de las corrientes oligárquicas internacionales este país. No, no que va. Nunca el nacionalismo vasco, ha estado más aislado; el PNV, está fuera de la internacional democrático-cristiana, nunca ha tenido peor relación con la Secretaría de Estado de los EEUU; ni siquiera queda ningún país del bloque soviético que les apoye, ni tampoco hay regímenes fascistas en Europa, En estos momentos el nacionalismo es una fuerza aislada en el mundo y por eso las posibilidades de que su proyecto salga adelante son más pequeñas que nunca. Yo pienso que es el resultado de la desesperación ante la posibilidad de perder el poder.

Ch.- Bueno, el problema no es que Arzalluz ponga su proyecto al servicio de las burguesías del eje, es precisamente al revés, hay una intervención para defender sus intereses hegemónicos. ¿No crees que desde las teorías de la «Europa de los pueblos» o la «Europa de las regiones», se le dan alas y esperanzas a Arzalluz de que puede buscar apoyo y amparo para su proyecto?.

T.U.- Es cierto que la «Europa de los pueblos», es de origen conservador y egoísta, pero creo que no impulsan al nacionalismo vasco. Quitando algún caso como puede ser el nacionalismo bretón, que es muy minoritario, ni Padania, ni Gibraltar se alinearía a tan pésimo estratega de la política como es el PNV, yo insisto el PNV está aislado precisamente por haber elegido la peor estrategia para seguir ejerciendo dignamente la política en el País Vasco. Creo que ni la CSU alemana puede plantearse una aventura de ese estilo, y en ningún momento apoyaría las medidas de un nacionalismo tan radical y tan brutal, cuya única semejanza hoy en día pudiera encontrarse en los movimientos nacionalistas que desangraron Yugoslavia.

Ch.- Esa es precisamente la cuestión, ¿No fue Alemania quien jugó un papel fundamental en la ruptura de Yugoslavia al reconocer a los nacionalismos étnicos?.

T.U.- Sí, actuó como un provocador de la ruptura de la unidad que se había creado bajo el Estado de Tito; recuperando determinados instintos históricos por parte de Alemania, fundamentalmente, de un cierto expansionismo hacia los Estados del norte. Eso es evidente. Y la responsabilidad de Alemania ahí cuando pasen años se podrá tratar con una cierta objetividad. Pero la caída de la República Federal Yugoslava es compleja y desgraciada, ya que incluso el antiguo partido comunista asume el nacionalismo para mantenerse en el poder.

La izquierda tiene que ser patriota

Ch.- Dice Pierre Vilar en su Historia de España que hay un patriotismo revolucionario «ligado a las aspiraciones populares», que históricamente ha sido una bandera de la izquierda y los sectores más progresistas de la intelectualidad, sobre todo durante la lucha contra el fascismo y el nazismo. ¿Por qué la izquierda ha abandonado esta bandera? ¿Por qué sigue identificando patriotismo y defensa de la unidad de España con franquismo y reacción?.

T.U.- Es uno de los problemas más serios de los que adolece la izquierda española en estos momentos. La asunción de la patria desde la izquierda ha supuesto también un modelo político y un modelo social. Lo podemos ver, por ejemplo en la República que no es interesante como régimen político en sí mismo, que lo era, sino porque la República permitía desarrollar, en el caso español, hipotecas históricas como la reforma agraria y la existencia de los sindicatos libres y no oprimidos, la utilización de la ley en provecho de todos, la policía en defensa de la ley y no de los caciques locales. El abandono de ese estandarte es ya un error imperdonable para la izquierda y lo va a tener que recuperar en los próximos años si quiere tener un papel fundamental en nuestra próxima historia de España.
Ch.- ¿Estás de acuerdo con decir que ser patriota y defender la unidad de España es revolucionario?.

T.U.- Frente a las partitocracias localistas y la desmembración del Estado; una adhesión desde la izquierda a la unidad de una patria común, es revolucionario. Es más, frente al los reinos tradicionales españoles y el poder de la iglesia, la revolución liberal que se produce en España, limitada, pero poco a poco, constituye un Estado que en su unidad era civilizador. Esa es la tradición histórica de la izquierda. Defender la unidad de España, ser patriota, no quiere decir no defender la descentralización del Estado, pero desde su unidad.

Ch.- ¿Debemos defender el derecho de autodeterminación como la mejor forma de defender la libre unidad de todas las nacionalidades y regiones de España?.

T.U.- Bueno, quiero decir que este es un debate abierto. El primero que no cree en el derecho de autodeterminación es el nacionalismo. Cuando dice que se vote lo que se vote ellos van a sacar su proyecto adelante, bueno. Pero a mí la autodeterminación desde la izquierda me parece un error. Es adecuado en los procesos de descolonización. ¿Pero qué tiene que ver esto con España? España se ha creado con la aportación de los vascos, los navarros, los gallegos, los catalanes, de todos en definitiva. Las sociedades se van autodeterminando en las elecciones, en la adopción de leyes, en sus comportamientos económicos y sociales... En todo caso el patrimonio fundamental histórico de la izquierda es el internacionalismo.