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En el socialismo, a la izquierda

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junio 25, 2006

¿Qué está pasando con Estados Unidos?, Edward Said

'Al Ahram Weekly', núm. 635, 24-30 de abril de 2003
Traducción: Paloma Valverde, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)


"Las consecuencias atroces de la intervención de EEUU y Gran Bretaña en Iraq, simplemente se están empezando a ver, primero con la destrucción fríamente calculada de su moderna infraestructura, después con el saqueo y la quema de una de las civilizaciones más ricas del mundo y, finalmente, con el intento estadounidense, totalmente cínico, de implicar a una banda de variopintos exiliados junto a una larga variedad de empresas en la supuesta reconstrucción del país y en la apropiación no sólo de su petróleo sino de su futuro destino".

En una noticia apenas difundida sobre un discurso pronunciado en el Senado [de EEUU] el 19 de marzo, el día que comenzó la guerra contra Iraq, Robert Byrd, senador demócrata de West Virginia y el orador más elocuente de esa Cámara preguntó "¿Qué está pasando con este país cuándo nos convertimos en una nación que ignora y reprocha a sus amigos, cuándo decidimos arriesgarnos a socavar el orden internacional adoptando una postura radical y doctrinaria para usar nuestro pavoroso poderío militar? ¿Cómo podemos abandonar la diplomacia cuando las movilizaciones en el mundo están pidiendo diplomacia?"

Nadie se molestó en contestarle pero mientras la vasta maquinaria militar estadounidense -ahora instalada en Iraq- empieza a agitarse sin tregua en otras direcciones en nombre del pueblo estadounidense, de su amor a la libertad y de sus valores profundamente arraigados, estas preguntas llevan ineludiblemente al fracaso si no a la corrupción de la democracia en la que ahora vivimos.

Voy a analizar, en primer lugar, lo que la política en Oriente Medio trajo consigo desde que George W. Bush llegó al poder, hace casi tres años después de unas elecciones que, finalmente, decidió el Tribunal Supremo y no el voto popular. Incluso antes de las atrocidades del 11 de septiembre (11-S) el equipo de Bush había dado vía libre al gobierno de Sharon para colonizar Gaza y Cisjordania, para asesinar, detener y expulsar a la gente a su antojo, para demoler sus casas, expropiar su tierra, mantenerles prisioneros mediante toques de queda y cientos de controles militares, como se suele decir y hablando en general, para hacerles la vida imposible; tras el 11-S, Sharon simplemente se apuntó al carro de "la guerra contra el terrorismo" e intensificó sus ataques contra una población civil indefensa, bajo la ocupación [israelí] hace ahora 36 años, a pesar de las, literalmente, decenas de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CS de NNUU) pidiendo encarecidamente a Israel a retirarse, y de otra manera a que desista de sus crímenes de guerra y de sus violaciones de los derechos humanos. En junio pasado [2002] Bush definió a Sharon como "un hombre de paz" y mantuvo las ayudas de cinco billones de dólares, a pesar de la vaga insinuación de que [el montante de la ayuda] se ponía en peligro por la ilegal brutalidad de Israel.

El 7 de octubre de 2001, Bush inició la invasión de Afganistán, que dio comienzo con un intenso bombardeo desde gran altura (cada vez más una táctica anti-terrorista militar, que en su esencia y efectos tenía gran parecido con el terrorismo ordinario, una variedad casera) y en diciembre había instalado en ese devastado país a un cliente del régimen sin poder real más allá de un pequeño círculo en Kabul. No se ha producido un significativo esfuerzo de EEUU en la reconstrucción [de Afganistán], y parecería que el país ha vuelto a su primera etapa, aunque con una vuelta significativa de elementos de los talibán, así como una floreciente economía basada en las drogas.

La campaña contra Iraq

Desde el verano de 2002, la Administración Bush ha liderado una campaña contra el régimen despótico de Iraq y, habiendo intentado sin éxito conseguir la complicidad del CS, comenzó la guerra contra el país en solitario junto a Gran Bretaña, Yo diría que, aproximadamente desde finales de noviembre en adelante, la disensión desapareció de una corriente mayoritaria de medios de comunicación inflamados por el exceso de ex generales y ex agentes del espionaje, con el toque de los últimos expertos en terrorismo y seguridad sacados del ala derechista de los asesores de Washington.
Cualquiera que se manifestase en público en realidad fue etiquetado de anti-patriota por profesores fracasados que crearon sitios Web para hacer listas de estudiantes enemigos que no acataban la disciplina. Los correos electrónicos de las pocas personas públicas que lucharon para manifestarse han sido bloqueados por envíos masivos, han amenazado sus vidas, sus ideas han sido tratadas como basura y puestas en ridículo por los presentadores de los telediarios quienes simplemente se han autoproclamado los más firmes centinelas de la guerra de EEUU.

Un abrumador torrente de material burdo al mismo tiempo que sofisticado apareció por todas partes igualando la tiranía de Sadam Husein no sólo con el demonio sino con cualquier crimen conocido: mucho de esto fue corregido en parte en cuanto a los hechos pero la mención de la extraordinaria importancia del papel jugado por EEUU y Europa en impulsar el ascenso de Sadam se eliminó, avivando sus guerras ruinosas y manteniendo su poder. Nada menos que un personaje tan egregio como Donald Rumsfeld visitó a Sadam a principios de los 80, como una forma de asegurarle la aprobación de EEUU respecto a su catastrófica guerra contra Irán. Las diversas corporaciones estadounidenses que suministraban a Iraq material nuclear -químico y biológico- para las armas que nosotros debíamos suponer iban destinadas a la guerra, simplemente se borraron de la memoria del público.

Pero todo esto, y más, fue deliberadamente ensombrecido por ambos gobierno y medios de comunicación en la creación del estado de opinión para la futura destrucción de Iraq que ha estado produciéndose desde el mes pasado [marzo de 2003]. La demonización del país y de su ufano dirigente -y esto lleva [tiempo] repitiéndose- se convirtió en el simulacro de una magnífica amenaza cuasi-metafísica mientras que sus fuerzas armadas, desmoralizadas y prácticamente inoperantes, no eran una amenaza para nadie. Lo que era impresionante en Iraq era su rica cultura, su compleja sociedad, el largo sufrimiento del pueblo: eso se ha hecho invisible, la mejor forma de aplastar a un pueblo como si fueran simplemente una panda de ladrones y asesinos. Ya sea sin pruebas o con información fraudulenta, Sadam fue acusado de ocultar armas de destrucción que constituían una amenaza directa o indirecta para EEUU a 11.000 Km de distancia. Ocurrió lo mismo con el resto de Iraq, un lugar en el desierto "ahí fuera" (hoy en día, la mayor parte de los estadounidenses no tiene idea de dónde se localiza Iraq, cuál es su historia, y qué hay detrás de Sadam) un lugar destinado a los ejercicios [militares] de la fuerza estadounidense desplegada ilegalmente como una forma de intimidar al mundo entero con su capitán Ahab [capitán del barco 'Pequod' que va tras la legendaria ballena blanca, Moby Dick, encarnación de las potencias del Mal (Moby Dick, Herman Melville)] en pos de remodelar la realidad y hacer llegar democracia a todo el mundo. En EEUU, las Leyes Patriótica y Contra el terrorismo (Patriot and Terrorist Acts) han dado al gobierno un indecoroso control sobre la vida civil. Una población desalentadoramente inactiva en su mayoría acepta los sin sentidos -haciéndolos pasar por hechos- sobre la inminencia de la amenaza a la seguridad, con el resultado de detenciones preventivas, escuchas ilegales y un sentimiento de amenaza sobre un espacio público fuertemente vigilado por la policía que han hecho, incluso de la Universidad, un espacio frío, un lugar duro para cualquiera que piense y se manifieste de forma independiente.

Las consecuencias atroces de la intervención de EEUU y Gran Bretaña en Iraq, simplemente se están empezando a ver, primero con la destrucción fríamente calculada de su moderna infraestructura, después con el saqueo y la quema de una de las civilizaciones más ricas del mundo y, finalmente, con el intento estadounidense, totalmente cínico, de implicar a una banda de variopintos exiliados junto a una larga variedad de empresas en la supuesta reconstrucción del país y en la apropiación no sólo de su petróleo sino de su futuro destino. En respuesta a estas terroríficas escenas de saqueo y quema, que en última instancia son responsabilidad de la fuerza ocupante, Rumsfeld se las ha arreglado para aventajar incluso a Hulagu [1]: "la libertad es desorden" -dijo en una ocasión- y "esas cosas ocurren" -dijo en otra. El remordimiento o la piedad no tienen trazos de aparecer.

El general Jay Garner, minuciosamente escogido para el trabajo [2], parece como un personaje sacado del serial televisivo Dallas. El exiliado favorito del Pentágono, Ahmad Chalabi, por ejemplo, ha insinuado abiertamente que planea firmar un tratado de paz con Israel, difícilmente una idea iraquí. [La empresa] Bechtel [3] ya ha sido recompensada con un sustancioso contrato. Esto también en nombre del pueblo estadounidense. El volumen total de negocio no recuerda a nada tanto como a la invasión de Líbano por Israel en 1982.

Engaño y sufrimiento

Esto es un fracaso prácticamente total de la democracia, la nuestra como estadounidenses, no de la de Iraq. El 70% de los estadounidenses se supone que está de acuerdo con todo esto, pero no hay nada más manipulador y fraudulento que las encuestas de opinión realizadas al azar entre estadounidenses a quienes se les pregunta si "apoyan a nuestro presidente y nuestras tropas en tiempos de guerra". Como dijo en un discurso el Senador Byrd, "hay un perverso sentido de la prisa y del riesgo, y demasiadas preguntas sin respuestas... Una cortina de humo ha caído sobre el Senado. Evitamos nuestro solemne deber de discutir el asunto más importante que está en la mente de todos los estadounidenses, incluso mientras muchos de nuestros hijos e hijas cumplen honradamente con su deber en Iraq". ¿Quién va a hacer preguntas ahora que ese granjero del general Tommy Franks está ya con su equipo alrededor de una de las mesas de Sadam en un palacio de Bagdad?

Estoy convencido de que, prácticamente en todos los aspectos, esto fue un montaje y la guerra ni era necesaria ni era por el pueblo. Los centros de investigación tremendamente reaccionarios de Washington, que crearon Wolfowitz, Perle, Abrams, Feith y el resto, logran un ambiente intelectual y moral insano. Los documentos políticos circulan sin ser revisados con detenimiento, unos documentos adoptados por un gobierno que necesita lo que pretende ser una justificación racional (incluso moral) para una dudosa, fundamentalmente ilegal, política de dominación global. Por consiguiente, la doctrina de prevención militar jamás ha sido votada ni por el pueblo de este país ni por sus adormilados representantes. ¿Cómo pueden los ciudadanos posicionarse contra los incentivos ofrecidos al gobierno por compañías como Halliburton [4], Boeing [5], y Lockheed [6]?. Y en lo referente a la planificación y al desarrollo estratégico para lo que en efecto son, y con diferencia, las instalaciones militares mejor dotadas de la historia, totalmente capaces de arrastrarnos a conflictos sin fin, esta tarea [de planificación y desarrollo] se deja a los diversos grupos de presión ideológica tales como líderes cristianos fundamentalistas, como Franklin Graham, quienes han sido lanzados con sus biblias sobre los iraquíes más pobres; las ricas fundaciones privadas y esos grupos de poder como la AIPAC [The American-Israel Public Affairs Committee, institución del loby sionista estadounidense] junto a sus gabinetes estratégicos y centros de investigación asociados.

Lo que resulta brutalmente criminal es que palabras sanas y valiosas como democracia y libertad han sido secuestradas, reemplazadas, para ser utilizadas como máscaras para el pillaje, para invadir un territorio, y para la instalación de contingentes [militares]. El programa estadounidense para el mundo árabe es igual que el de Israel. Junto con Siria, Iraq teóricamente representa la única amenaza militar a largo plazo para Israel, y por lo tanto tiene que quedar fuera de juego durante décadas. ¿Quiere eso decir liberar y democratizar un país cuando nadie ha pedido que se haga, y cuando en el proceso se ocupa el país y, al mismo tiempo se fracasa miserablemente en mantener la ley y el orden? La mezcla de resentimiento y alivio sobre la cobarde desaparición de Sadam que muchos iraquíes sintieron ha traído consigo poca comprensión o compasión tanto desde EEUU como desde otros estados árabes, quienes se han mantenido cruzados de brazos discutiendo asuntos de procedimiento sin importancia mientras ardía Bagdad. Qué farsa los planes estratégicos cuando se asume que los nativos darán la bienvenida a la presencia extranjera después de haberles bombardeado y puesto en cuarentena durante 13 años. La verdaderamente absurda forma de pensar estadounidense sobre la caridad, y con ella ese control puritano sobre lo que está bien y lo que está mal, se ha infiltrado hasta los niveles más recónditos de los medios de comunicación. En una historia sobre una mujer bagdadí, viuda de 70 años, que dirigía desde su casa un centro cultural (destruido en uno de los ataques de las fuerzas estadounidenses) y que aparece delante de ella en llamas, el periodista de The New York Times Dexter Filkins implícitamente la condena por haber tenido "una vida confortable bajo el régimen de Sadam Hussein", y después, piadosamente, desaprueba su diatriba contra EEUU y "esto viniendo de una persona licenciada por la Universidad de Londres".

Añadido al fraude de las armas [de destrucción masiva] que no existían, los stalingrados que no sucedieron, las formidables defensas de artillería que nunca actuaron, no me sorprendería si Sadam desapareciera de repente porque se ha hecho un trato con Moscú para mantenerle fuera a él y a su familia a cambio de dinero por el país. En el sur, la guerra ha ido mal para EEUU y Bush no podía correr riesgos similares en Bagdad. El 6 de abril un convoy ruso salió de Bagdad. La Asesora Presidencial de Seguridad, Condoleezza Rice, apareció en Rusia el 7 de abril. Dos días más tarde, Bagdad cayó, el 9 de abril. Saquen sus propias conclusiones, pero ¿no es posible que como resultado de los encuentros con la Guardia Republicana, mencionados por Rumsfeld, Sadam comprara su parte a cambio de dejarlo todo en manos de EEUU y sus aliados británicos, que podrían entonces proclamar una brillante victoria?

Los estadounidenses han sido engañados, los iraquíes han sufrido lo indecible, y Bush parece tener la moral equivalente a un sheriff del oeste que simplemente ha llevado su pose de moralidad a un victorioso enfrentamiento contra un enemigo demoníaco. En cuestiones de la mayor trascendencia para millones de personas se han violado los principios constitucionales y se ha mentido sin escrúpulos al electorado. Nosotros somos quienes tenemos que restaurar la democracia. Ya basta de cortinas de humo, de espejismos y de persuasivos estafadores.

junio 20, 2006

El antiestalinismo como antifascismo. Un apunte biográfico sobre Joaquín Maurín

Fundación Andreu Nin

Joaquín Maurín Juliá
Pedro Bonet y Luis Alonso

Joaquín Maurín Juliá, maestro, periodista, escritor y militante revolucionario, nació en Bonansa (Huesca) el 12 de enero de 1896. Sus padres erán pequeños propietarios campesinos en el Pirineo aragonés. En la Escuela Normal de Huesca, donde curso sus estudios de Magisterio, tuvo como condiscípulos a Felipe Alaiz, Ángel Samblancat, Ramón Acín y Tomás Tusó. Era el período 1911-1914 y Maurín y sus camaradas sacaron el periódico El Talión, una hoja de combate que le costó varios procesos. Maurín se refugio en Lérida, donde ejerció de maestro en el Liceo Escolar y se ligó a los sindicatos de la CNT. En 1918 dio una conferencia sobre la Revolución Rusa que fue un acontecimiento político. En diciembre de 1919, Maurín, que estaba cumpliendo el servicio militar en El Pardo, se presentó vestido de soldado en el famoso congreso de la CNT que se realizó en Madrid. La sorpresa fue enorme. Maurín saludó a los delegados leridanos y Salvador Seguí le dijo, sonriendo y bonachón: "Ahora ya podemos formar el Consejo de obreros y soldados".

En cuanto se liberó del servicio militar, Maurín volvió a Lérida e ingresó en la CNT, donde militó tan activamente que en 1920 fue elegido secretario de los Sindicatos y director del semanario Lucha social. En abril de 1921, el Comité Nacional de la CNT decidió enviar una delegación al congreso de fundación de la Internacional Sindical Roja en Moscú. La formaron Andrés Nin, Joaquín Maurín, Hilario Arlandis, Jesús Ibáñez y Gastón Leval. En Moscú, Maurín tuvo la oportunidad de conocer a Lenin, Trotsky, Bujarin, Zinoviev y otros dirigentes soviéticos. Y de reclamar la liberación de los anarquistas detenidos por su actividad contra el régimen bolchevique. Pero la CNT se incorporó a la ISR. En octubre de 1921, Maurín dio cuenta de la misión de la delegación anarcosindicalista y del congreso constituyente de la ISR en un pleno del Comité Nacional de la CNT. En ese mismo pleno, Maurín fue elegido secretario general de la CNT, cargo en el que se mantuvo hasta su detención en febrero de 1922. Era la época de las grandes luchas sindicalistas contra la burguesía. En mayo de 1922, Lucha social de Lérida publicó un folleto de Maurín titulado "El sindicalismo a la luz de la Revolución Rusa". En ese folleto, Maurín criticaba el anarquismo nebuloso y defendía la concepción marxista del sindicalismo. Víctor Serge, por un lado, y Ángel Samblancat, por otro, escribieron críticas excelentes del texto de Maurín. Lucha social desapareció y el 21 de diciembre de 1922 nació en Barcelona La Batalla, semanario animado por Joaquín Maurín y Pedro Bonet. Primero se presentó como órgano sindicalista revolucionario y luego como "sindicalista-comunista". La Batalla progresó y, poco a poco, se constituyeron comités sindicalistas revolucionarios en los sindicatos confederales.

El terrorismo policiaco-patronal seguía haciendo estragos. El 10 de marzo de 1923 cayó asesinado Salvador Seguí, la gran figura del sindicalismo. Siguieron, entre otros, Juan Pey, Albarícias, Foix (de La Batalla). Y se produjo una reacción fulminante con grandes actos de protesta en los que participaron juntos Ángel Pestaña, Juan Peiró, Litertad Ródenas y Maurín.

A principios de 1924, el grupo de La Batalla ingresó en el Partido Comunista y reorganizó la Federación Comunista-Catalana. Era poco después del golpe militar de Primo de Rivera. La prensa de izquierdas fue sometida a la censura militar. Vino la represión y casi todos los redactores de La Batalla fueron a parar a la Cárcel Modelo de Barcelona. Maurín fue detenido a mediados de enero de 1925. Perseguido a tiros por la policía, fue herido en una pierna. Lo encerraron en el castillo de Montjuich, en el calabozo donde estuvo Ferrer i Guardia. Su intento de fuga fracasó y lo trasladaron a la Cárcelo Modelo, en donde permaneció hasta octubre de 1927. Liberado como otros dirigentes del PC, decidió exiliarse en París, donde fue corresponsal de la Agencia Tass y director de las Ediciones Europa y América. En otoño de 1930 regresó a Barcelona. En París pudo informarse de la lucha de tendencias en la URSS y en la Internacional Comunista gracias a Nin, que estaba entonces en Moscú, y a otros dirigentes de la Oposición de Izquierda.
Logró sacar de nuevo La Batalla, pero la represión que siguió a la insurrección de Jaca y a la huelga general le llevó de nuevo a la Cárcel Modelo. Poco después, la Federación catalano-balear del PC rompió con el aparato burocrático de la Internacional Comunista. Estábamos en pleno tercer período de Stalin.

El 1 de marzo de 1931 la Federación comunista catalana se fusionó con el Partit Comunista Catalá, una organización independiente de Madrid y de Moscú con la que tenía fuertes afinidades, y surgió el Bloque Obrero y Campesino, con Maurín como secretario general. El BOC se desarrolló rápidamente. Se abrió camino en los sindicatos, las cooperativas, los Ateneos, y comenzó su expansión peninsular creando secciones en Valencia, Castellón, Palma, Aragón y Asturias, y favoreciendo el ascenso de la Juventud Comunista Ibérica. En dos años, el BOC se convirtió en el primer partido obrero en Cataluña, muy por delante del PC y de la Unión Socialista catalana.

Los graves errores políticos de la conjunción republicano-socialista nos condujeron al llamado bienio negro. Bajo el mando de Lerroux-Gil Robles, la propia República estaba en peligro. El BOC, que denunció enseguida los peligros que representaba el triunfo de Hitler en Alemania y el ascenso del fascismo en Europa, lanzó la consigna de la Alianza Obrera, es decir, del frente único de las fuerzas políticas y sindicales de los trabajadores. Maurín fue el teórico de esta política.
La Alianza Obrera, que pasó de Cataluña a Asturias y culminó en Madrid, fue el eje de la lucha que nos condujo a la Revolución de Octubre de 1934. Y el fracaso de Octubre, pese a la lucha histórica de Asturias, llevó a todos a una profunda reflexión. La experiencia común de la Alianza Obrera facilitó la reunificación de la CNT, la creación del POUM y las coaliciones electorales que permitieron la victoria del 16 de febrero de 1936.

El POUM, fruto de una intensa colaboración del BOC y la Izquierda Comunista, surgió en septiembre de 1936 como una gran esperanza y con un equipo dirigente excepcional animado por Joaquín Maurín y Andrés Nin. Su objetivo era reunir a los marxistas revolucionarios en un solo partido para pesar más en la Alianza Obrera, en las luchas obreras y en la vida política. El nuevo partido facilitó la expansión peninsular con sus secciones en Madrid, Andalucía, Euskadi, Aragón, Galicia, Extremadura y Aragón. Maurín, elegido diputado por Barcelona en las elecciones del 16 de febrero, fue el gran animador de este proceso. Y cabe recordar que fue Maurín el diputado que denunció con más vigor en el Parlamento la amenaza reaccionaria y fascista.

El 19 de julio de 1936, cuando se venció a los militares sublevados en Barcelona y otros lugares, Maurín se encontraba en Galicia, invitado por los militantes del POUM a un congreso regional. Por desgracia, los militares sublevados se impusieron rápidamente. Y Maurín, tras no pocas dificultades, decidió acercarse a Aragón, donde tenía amigos y camaradas que podían ayudarle a pasar al campo antifranquista. Después de una larga odisea, llegó hasta Jaca, donde fue detenido y encarcelado. En el libro Cómo se salvó Joaquín Maurín, escrito por su esposa Jeanne, se describe minuciosamente los aspectos más dramáticos de la terrible aventura de Maurín, que concluyó en la prisión de Salamanca, donde pasó largos años como objeto de un canje que nunca llegó a realizarse. La preciosa e inteligente colaboración de Luis Portela aumenta el valor de la obra. Pero sin insistir más sobre el particular, lo que nos interesa destacar es que Maurín, el secretario general del POUM, el autor de Hacia la segunda revolución y otros libros prestigiosos, pasó en las prisiones de Franco todo el proceso revolucionario y la guerra civil, acontecimientos en los que sus compañeros jugaron un papel tan importante. No se puede imaginar tragedia mayor para un revolucionario y para un escritor militante. Sus consecuencias fueron graves para él personalmente y para su propio partido. Tuvo que vivir lejos de su esposa y de su hijo, y también lejos de sus compañeros de lucha, esperando que la campaña internacional por su liberación hiciera posible un canje que no se produjo.

Sabemos que afrontó la situación con coraje y gran dignidad. El POUM tuvo también su "ausente", y eso se notó. Aunque Maurín dijo más de una vez que su presencia en Barcelona no habría cambiado el curso de las cosas, estamos seguros que dejó un hueco que no era fácil llenar. En el POUM, Maurín era un elemento de equilibrio fundamental por sus condiciones de dirigente político y por la confianza que inspiraba a los militantes. En la cúpula dirigente, Maurín-Nin era una garantía de talento, de eficacia y de responsabilidad. Por eso, Nin sintió más que nadie la ausencia de Maurín.

Joaquín Maurín no fue juzgado hasta agosto de 1944. Compareció en Barcelona ante un consejo de guerra que le condenó a 30 años de prisión por ser quien era y, como dijo el fiscal, por haber escrito Hacia la segunda Revolución. Maurín fue liberado en diciembre de 1946 al mismo tiempo que Cipriano Mera, el famoso jefe militar anarquista. Les dieron la libertad condicional. El franquismo hacía concesiones a la opinión internacional. Maurín salió tras 10 años y 23 días de encarcelamiento.

Se refugió en Nueva York, con su esposa y su hijo. Allí creó una agencia de prensa para América Latina, lo que le permitió volver al periodismo. En 1966, a petición de la editorial Ruedo Ibérico, publicó otra vez Hacia la segunda Revolución en un volumen que comprendía un epílogo y un Apéndice sobre "El comunismo en España". Fue su decisión política más importante. En el prólogo del libro, que salió con el título Revolución y contrarrevolución en España, escribió: "En la historia del movimiento obrero español, el POUM, con sus aciertos y sus equivocaciones, es una de las páginas más hermosas y más dramáticas". Maurín murió en Nueva York el 5 de noviembre de 1973. No pudo ver ni el fin del franquismo ni el desmoronamiento del estalinismo.

junio 12, 2006

Sobre marxismo y anarquismo, Francisco Fernández Buey

Publicado en La Insignia, 1 de junio del 2000

Se nos pregunta si es posible renovar hoy en día lo que fue el diálogo entre Marx y Bakunin. Voy a contestar brevemente a esta pregunta para luego argumentar mi punto de vista. La respuesta es: sí; no sólo es posible sino que además es necesario. Y sería bueno, y razonable, que este diálogo enlazara con el momento en que Marx y Bakunin aún colaboraban, es decir, con aquel momento anterior a la creación de la Primera Internacional en que Marx defendía el socialismo como "conquista de la democracía" y Bakunin traducía al ruso al Manifiesto comunista Dicho eso querría añadir enseguida que los motivos del desacuerdo que estuvieron en el origen del enfrentamiento histórico entre marxismo y anarquismo durante la Primera Internacional han caducado; que los motivos de fondo por los que chocaron Marx y Bakunin en la década de los setenta del siglo pasado hace mucho tiempo que quedaron superados; y también los motivos de fondo que enfrentaron a marxistas y anarquistas durante la guerra civil española. Quedarse en ellos, quedarse en aquellos motivos, no tiene sentido. O para decirlo con más precisión: poner esos motivos en primer plano sólo tiene sentido desde el punto de vista historiográfico.

Concretaré un poco más está convicción mía. Tanto si pensamos en el debate histórico sobre la mejor forma de organización de los de abajo para su liberación (o sea, sobre si ésta ha de ser predominantemente política o predominantemente socio-sindical) como si pensamos en la controversia sobre centralismo democrático o confederación, o en el debate entre espontaneidad voluntarista y dirección consciente (que llega desde fuera de las clases trabajadoras), o el debate acerca de la extinción o abolición del Estado, o en la controversia entre Marx y Bakunin sobre la forma de entender la historia y la naturaleza humana (que es lo que está por debajo de la controversia sobre acracia o dominación de clase), en todos los casos la conclusión a la que me parece que hay que llegar es la misma: hace mucho tiempo que las posiciones sobre estos temas se han hecho transversales y no corresponden ya propiamente a posiciones exclusivas de organizaciones marxistas y de organizaciones anarquistas.

Allí donde estos debates siguen estando en primer plano no hay apenas realidad social con la que enlazar. Y allí donde hay realidad social con una intención transformadora (en algunos de los movimientos sociales críticos y alternativos del mundo actual) lo que fue el ideario marxista y lo que fue el ideario anarquista (o libertario) se han ido fundiendo o casi.

Por eso, en líneas generales, hace ya varias décadas que ni los medios de comunicación ni lo que se suele llamar "opinión pública" distinguen con claridad entre ideas y actuaciones anarquistas e ideas y actuaciones marxistas. Más bien las confunden, confunden constantemente marxismo y anarquismo. Esto que digo era ya muy patente en los años setenta, durante el ciclo en que concluyen las movilizaciones de 1968. Un ejemplo: la tendencia generalizada de la prensa alemana a considerar "anarquistas" a los principales componentes de la Fracción del Ejército Rojo, el grupo Baader-Meinhof, cuando, obviamente, la formación de los mismos era más bien de orientación marxista en casi todo lo esencial. Otro ejemplo: la tendencia, existente también por entonces, y no sólo en la prensa desinformada y manipuladora, a considerar "anarquista" el bordiguismo, que toma su nombre de Amadeo Bordiga, uno de los fundadores históricos del Partido Comunista de Italia, enfrentado luego con Lenin, crítico de la URSS e inspirador en las décadas siguientes de varios grupos comunistas minoritarios, sobre todo en Italia y en Francia. Creo que se puede decir que casi todas las cosas interesantes para un punto de vista revolucionario que tomaron cuerpo en torno a 1968, tanto en Europa como en los EE UU de Norteamérica, son el resultado de la integración de ideas marxistas y anarquistas; esta integración o complementación se produjo a partir de la reconsideración crítica entonces en curso de las ortodoxias tradicionales correspondientes. Esta reconsideración crítica afectó no sólo a la versión estalinista y postestalinista del comunismo marxista, sino también a algunas de la ideas-fuerza del propio Marx (por ejemplo, la noción de "fuerzas productivas") y de Bakunin (por ejemplo, la idea de "acción directa"). Dos síntomas de lo que estaba cambiando por entonces tanto en el universo marxista como en el universo anarquista son los siguientes: 1º el choque entre Federica Monseny y Cohn-Bendit, en uno de los congresos anarquistas más sonados de la época, justo después de los principales acontecimientos de mayo del 68 en Francia; y 2º el choque de los principales representantes del movimiento estudiantil italiano (que se consideraban marxistas en su mayoría) con el PCUS y con el PCI. Pondré ahora algunos ejemplos de la fusión, integración o complementación de ideas marxistas y anarquistas: 1º La obra y la actividad de Guy Debord (el autor de La sociedad del espectáculo y de las Consideraciones sobre la sociedad del espectáculo) en los márgenes, por así decirlo, de la Internacional Situacionista; una obra de la que algunos pensamos que tuvo un carácter premonitorio de lo que iba a pasar en el capitalismo tardío o globalizado;
2º La influencia de la obra de Karl Korsch en toda una serie de grupos y organizaciones antiautoritarias de finales de los años sesenta y comienzos de la década de los setenta, lo cual es relevante para la idea que quiero defender si se tiene en cuenta Karl Korsch había sido un marxista histórico que en algunos aspectos derivó hacia el anarquismo ya durante los años de la guerra civil española; 3º La orientación de la obra de Murray Bookchin, tal vez el anarquista más influyente en el movimiento ecologista social, sobre todo a partir de los ensayos recogidos con el título de Por una sociedad ecológica, donde, después de criticar duramente la idea y la práctica del socialismo, caracteriza precisamente la sociedad ecológica alternativa como "anarco-comunista", desarrollando la idea común (formulada por Marx y compartida por Bakunin) de una sociedad en la que regiría el principio: "de cada uno según sus posibilidades; a cada uno según sus necesidades". 4º La evolución del movimiento de los autónomos en Italia (y luego en otros países europeos), en el que se integran muy pronto elementos de la tradición marxista y de la tradición anarquista; 5º Lo que ocurrió aquí mismo, entre nosotros, con el efímero Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), en el que se funden, también muy pronto, guevarismo marxista y libertarismo.

Este constante intercambio de ideas marxistas y anarquistas, e incluso la fusión o integración, más menos conscientemente buscada entre ambas, se puede rastrear igualmente en algunas de las revistas alternativas que se publicaron en España entre 1976 y 1981, por ejemplo, en Negaciones (donde el punto de vista "consejista" hace de puente entre las dos tradiciones), o en El viejo topo (en cuya primera etapa se especuló varias veces sobre la actualización dialogada de marxismo y anarquismo), o, con otros matices, en Teoría y práctica y en la revista vasca Askatasuna (donde la influencia de las ideas de Debord, de un lado, y de Toni Negri, de otro, es muy patente, al menos en mi recuerdo). Este proceso interactivo y transversal ha sido, desde luego, por lo que hace a Cataluña y a España, no sólo minoritario sino, como era de esperar, excéntrico respecto de los dos polos tradicionales del marxismo y del anarquismo: el PCE y la CNT. Por lo que yo sé, en esos ámbitos todos los intentos de suscitar una reflexión y un diálogo de estas características sobre anarquismo y marxismo han fracasado hasta ahora. Hubo, sin embargo, a finales de la década de los setenta algo así como una iniciativa para repensar en común la nueva situación, sin ocultar las diferencias existentes entre las tradiciones; una iniciativa que se puede considerar todavía ahora como un antecedente interesante de lo que estamos haciendo hoy aquí. Me refiero al intercambio epistolar entre Joan Martínez Alier y Manuel Sacristán, hecho público en las páginas del número 8 de la revista Materiales, y hace poco mencionado en un libro sobre la tradición libertaria en Cataluña. Hay que aclarar que Martínez Alier estaba entonces, entre 1977 y 1978, si la memoria no me falla, peleándose con la CNT en una fase nueva de "Solidaridad obrera"; y Manuel Sacristán, a su vez, estaba entonces peleándose con la dirección del PSUC sobre el "eurocomunismo" precisamente desde la revista en la que se produjo aquel diálogo y que fue el origen de la actual mientras tanto.

Aunque breve, aquel fue un intento de hacer balance crítico de lo que habían sido marxismo y anarquismo pensando hacia el futuro. Había, además, en el caso de este intercambio (que sería algo más que epistolar, puesto que Martínez Alier pasó en seguida a colaborar durante algún tiempo en la revista mientras tanto) un vínculo teórico y práctico que permitía pensar en una aproximación: la convicción de la importancia que tenía integrar la problemática ecológica en la perspectiva tradicional (marxista y/o anarquista) de transformación social. Pero justamente la confrontación y el diálogo entre Martínez Alier y Sacristán, que sin duda fueron productivos para la formación de otras personas más jóvenes (yo mismo creo haber aprendido unas cuantas cosas de aquella experiencia) refuerza lo que acabo de decir sobre el carácter excéntrico de este tipo de circulación de ideas marxistas y anarquistas: los dos, Martínez Alier y Sacristán, quedaron fuera de lo que era la línea principal de preocupaciones de las organizaciones respectivas, la CNT y el PCE-PSUC. La ilusión "eurocomunista" que, como se sabe, pronto acabaría en nada, minorizó a Sacristán; y Martínez Alier, en el otro lado, se vio acusado de "marxista". Esto, aunque no suele recordarse ya, también es parte de nuestra particular "transición". Y, sin embargo, sin esas influencias entrecruzadas apenas podría explicarse el origen del movimiento antinuclear en Cataluña, que ha sido una de las bases del posterior ecologismo social. Y no sólo aquí.

Querría añadir, de todas formas, que el fracaso de estos pocos intentos de reflexionar en común sobre lo que estaba ocurriendo en el plano ideológico y en las prácticas sociales desde 1968 no se debió sólo a la fijación de las direcciones de las dos principales organizaciones marxistas y anarquistas, sino también a los prejuicios arraigados en la mayoría de los intelectuales entonces comprometidos con una y otra opción, es decir, a la tendencia (de la que también yo tengo que autocriticarme) a mirar mucho más hacia atrás, hacia el pasado, hacia los grandes debates de otros tiempos, que hacia adelante, hacia los problemas a los que habría que hacer frente en el inmediato futuro. Basta con repasar los documentos de las Primeras Jornadas Libertarias celebradas en Barcelona (parcialmente recogidos en Ajoblanco) y compararlos con lo que se estaba escribiendo por entonces en algunas de las revistas teóricas marxistas no particularmente vinculadas al PCE (como Zona abierta o El cárabo, por ejemplo) para darse cuenta, de golpe, de hasta qué punto la fijación respecto de los debates del pasado ha contado entre nosotros al hablar del presente. Y basta con repasar lo que ha sido la evolución política de muchos de los intelectuales que entonces llevaban la voz cantante en esto de la confrontación entre anarquismo y marxismo (Semprun Maura, Racionero, José Ribas, el Savater del "Panfleto contra el todo", de un lado; Tamames, Solé Tura, Claudín, Paramio o Escudero, de otro) para ilustrar a los más jóvenes sobre la inanidad de aquella superposición de discursos.

Ahora querría precisar que cuando digo que los motivos de fondo del enfrentamiento histórico entre marxismo y anarquismo han caducado no pretendo implicar en esta afirmación que haya que olvidar o silenciar la historia de los conflictos, controversias, desavenencias y enfrentamientos físicos. Creo que hay que volver sobre esta historia porque es lo que ha dado cuerpo a tradiciones diferenciadas, particularmente en el movimiento obrero. Pero también me parece que es hora ya de reflexionar sobre esta historia en común, y tal vez partiendo de aquellos casos más dolorosos que nos obligan, precisamente por ello, a revisar tópicos y prejuicios. No para ocultar o justificar nada, sino para explicar y superar situaciones.

Para no demorarme en esto pondré otro ejemplo: Tierra y libertad, la excelente película de Loach, habría ganado en intensidad dramática, y nos habría hecho pensar más a todos, si en las secuencias dedicadas a la Barcelona de 1937 hubiera introducido una reflexión sobre esta circunstancia: Camillo Berneri, anarquista italiano, que acababa de criticar muy agudamente la táctica de Federica Monseny, lee en Radio CNT-Barcelona el elogio fúnebre de Antonio Gramsci, comunista marxista, también italiano, que murió víctima del fascismo mussoliniano, y él mismo muere asesinado unas semanas después suguramente víctima de otros que luchaban contra el fascismo, admiraban a Gramsci y criticaban a su vez el punto de vista anarquista sobre guerra y revolución. Berneri y Gramsci estaban entonces, por así decirlo, en los márgenes de las dos tradiciones. Pero hoy en día pensar en sus destinos, comparar sus obras y ponerlos a dialogar idealmente nos sitúa en el centro de la reflexión que hay que hacer.

Esa es una forma posible de enlazar con el pasado. Pero si lo que se pretende es reanudar un diálogo que, por lo demás, está en la calle, en algunos de los movimientos sociales existentes, hay todavía otra forma, tal vez menos conflictiva, de orientarse: pensar en una política cultural alternativa para el presente, que es lo que algunos están haciendo ya al replantearse una cultura ateneísta a la altura de los tiempos. Esta debería tener una agenda propia, autónoma, no determinada por la imposición de las modas culturales ni por el politicismo electoralista de los partidos políticos.

Importa poco el que, al empezar, unos hablen de conquista de la hegemonía cultural y otros de aspiración a la cultura libertaria omnicomprensiva. Lo que de verdad importa es ponerse de acuerdo sobre qué puede ser ahora una cultura alternativa de los que están socialmente en peor situación, una cultura autónoma que dé respuesta al modelo llamado "neoliberal" y a lo que se llama habitualmente "pensamiento único". Por desgracia, la tradición politicista de unos y la tradición activista de otros no deja mucho tiempo todavía ni siquiera para pensar en lo que debería ser la agenda de una cultura ateneísta alternativa. Se dedica mucho más tiempo a la crítica, por lo demás fácil, del consumismo y de los programas televisivos más vistos. Habría que preguntarse, en cambio, cómo se sale en nuestras sociedades del "malestar cultural" y cómo se construye una nueva cultura de la solidaridad internacionalista, qué redes de comunicación (más o menos subterráneas o minoritarias) existen ya y qué redes habría que crear para un uso alternativo de los medios de comunicación existentes.

Para eso seguramente se necesitan "grupos de afinidad" distintos de los existentes. Éstos, en la mayoría de los casos han sido inducidos por la cultura dominante: bien por razones técnicas (cuando la afinidad queda reducida al uso de tales o cuales tecnologías de la información y de la comunicacion en constante expansión), bien por motivaciones estrechamente políticas (derivadas, además, de la agenda electoral de los partidos políticos mayoritarios). Los "grupos de afinidad" que más falta hacen ahora tendrían que arrancar justamente de la experiencia libertaria, la cual pone el acento no en lo político, ni el uso de tal o cual técnica, ni en la limitación de las actividades a un solo asunto, sino en lo social y en lo cultural (en un sentido amplio); y que, de paso, entiende el pluralismo como pluralidad de ideas, como método para facilitar la inventiva y garantizar la descentralización desde abajo, no como permanente cristalización de la superposición de corrientes.

junio 06, 2006

Luis Gómez Llorente: saludo a la corriente Izquierda Socialista

Intervención de Luis Gómez Llorente, uno de los fundadores de la corriente, en el 20 aniversario de Izquierda Socialista-PSOE. Abril 25, 2006

Compañeras y compañeros:

Todos los aquí presentes comprenderán que es para mi sumamente emotivo venir hoy a esta casa para saludar a los compañeros de Izquierda Socialista. Tan emotivo es que decidí traer por escrito mi intervención para que el texto embride al sentimiento. Como se simboliza en la imagen platónica de los caballos alados, que la razón lleve siempre las riendas evitando que se desboquen los sentimientos.

Permítaseme, sin embargo, expresar con moderación el afecto personal a todos los antiguos compañeros aquí presentes; mi profunda simpatía por el dificil esfuerzo que ha sostenido y mantiene la comente Izquierda Socialista, e incluso que evoque con cariño a aquellos que ya no están entre nosotros, como Joaquín Martínez Yorman, o Manuel Sánchez Ayuso, y también a los que se distanciaron de nuestras filas encontrando alojamiento en otros ámbitos de la izquierda -con los que a veces disentimos- y con los que, pese a todo, nos liga el recuerdo de el haber estado siempre del mismo lado en la batalla social, habiendo compartido en su día tantas labores y esperanzas.

Esperáis probablemente que diga algo sobre el socialismo puesto que sino carecería de sentido comparecer en esta reunión, pero me perdonareis que no pronuncie palabras circunstanciales, porque acerca de la circunstancia política inmediata cualquiera de vosotros que estáis activos en la acción política cotidiana, y en la vida orgánica del Partido, sabéis mil veces más que cuanto yo pudiera deciros.

Dedicaré en cambio los minutos restantes de esta breve intervención a reiterar cuatro. ideas que son signo de nuestra identidad colectiva.

Acaso este testimonio pueda servir como un punto de referencia más en vuestras reflexiones. Al fin y al cabo, saber donde estamos ahora cada uno también dice algo de la trayectoria de la Corriente en su conjunto.

Mirad: Pablo Iglesias creó dos organizaciones con un solo y el mismo fin: la emancipación de la clase trabajadora. Estas son el Partido Socialista Obrero y la Unión General de Trabajadores. Tan socialista se es luchando por aquel ideal en el Partido como en la Unión.

Algunos, que iniciamos temprano nuestra vida civica reorganizando las Juventudes Socialista allá por los últimos años cincuenta, encauzarnos luego nuestra militancia preferente en el Partido, habiendo desembocado finalmente en poner nuestros conocimientos y lo mejor de nuestros afanes al servicio de nuestro sindicato.

Más todavía que escribir artículos o folletos por encargo de la FETE, me complace llevar por la calle una bandera de UGT en la manifestación de cada 1° de mayo.

Hay un motivo por el que los socialistas de viejo cuño nos sentimos muy a gusto en los sindicatos: Los partidos pueden evolucionar hacia el interclasismo, y hacia una praxis política contemporizadora con los poderes económicos, así como con la estrategia internacional de las potencias hegemónicas, y a veces -preciso es reconocerlo- no tienen otra alternativa. (Son los condicionantes de una estrategia que pugna por ser mayoría en la democracia liberal parlamentaria). Pero. los sindicatos son siempre, por definición, organizaciones de la clase trabajadora. Son inexorablemente y mientras existan, los más legítimos herederos y continuadores de cuanto significa en la historia el Movimiento Obrero. La tarea sindical no es otra sino la defensa de los intereses de la clase trabajadora, sea frente a la patronal, sea ante el Gobierno del Estado.

Pueden existir ciertamente sindicatos que aún siendo. organismo de los asalariados, sean infieles a la solidaridad de clase, y a estos les llamamos amarillos o corporativos. Pero la UGT nunca fue corporativa; sigue siendo en eso como la creó Pablo Iglesias, un sindicato de clase al que nunca -compañeros- debemos marginar de nuestros planteamientos y de nuestras actividades.

He mencionado “socialistas de viejo cuño”, y aclaro: Con ello no me refiero a cuestiones generacionales, no depende de la edad. Entiendo que son socialistas de viejo cuño los que creen que aún cuando ahora se utilice un lenguaje edulcorado para describir los fenómenos sociales, un lenguaje tan técnico y tan sociológico que a veces resulta encubridor o desorientador, la explotación subsiste, la contradicción de intereses - llámesele como se quiera- está ahí, que la dominación de unos pueblos por la prepotencia de otros es inocultable, así como que la llamada exclusión y marginalidad en nuestras sociedades, o el hambre del mundo, serían evitables mediante el uso planificado de los recursos disponibles.

Un financiero inteligente y experimentado como George Soros, que no ha olvidado su formación intelectual originaria centroeuropea, no tuvo inconveniente en su más famosa obra (”La Crisis del Capitalismo Global”. 1999, Pag. 136) de citar a Carlos Marx, elogiando en este punto su certera predicción de que el sistema capitalista acabaría penetrando hasta el último rincón del planeta, y hasta el último aspecto de la actividad humana susceptible de ser mercantilizado.

Y el propio Soros llama la atención sobre los devastadores efectos que para la cultura y para la moral tiene la mercantilización integral de la vida, esto es la imposición de los valores mercantiles y de las reglas del mercado como criterios superiores que de hecho rijan toda la vida social.

Si cada cual se mueve habitualmente -como es ley del mercado- por el impulso de dar lo mínimo a cambio de obtener el máximo lucro o beneficio posible, la desintegración moral y social está tan asegurada, como el triunfo darwiniano de los más aptos para competir.

Especialmente debe preocupamos que el pensamiento y el gusto queden cada vez más subordinados y condicionados por las manipulaciones del mercado, sometidos a las exigencias de los intereses mercantiles.

Esto afecta a la investigación, a la producción estética y literaria, a la conducción del gusto para que se encauce como demanda de unos determinados consumos; a la idea misma de felicidad que conviene imprimir en las grandes mayorías a fin de que se sostenga un modelo de desarrollo económico a cualquier costo.

Mucho debiera preocuparnos, pongamos por caso, que so capa de vincular la Universidad -sede de la investigación y formación de las élites-a la industria y las corporaciones sociales, haciendo depender la orientación de los estudios y de la investigación de los intereses y de la financiación de esas entidades extrauniversitarias, no acabe padeciendo en su más profunda esencia la autonomía universitaria entendida como garantía del libre pensamiento y de la libre investigación.

La privatización de las universidades, y de la enseñanza en general, es otro fenómeno indicativo de la sujeción del pensamiento al control de intereses particulares no siempre coincidentes, sino a veces contradictorios, con el interés general de la sociedad y de la humanidad.

Si alguien me pregunta: ¿Qué es lo diferencial específico del socialismo? Le respondería sin vacilar: LA IGUALDAD. La igualdad entendida como igual libertad para todos.

Creo que el socialismo surge precisamente de la crítica al concepto liberal de la libertad por cuanto éste se reduce a esa forma de democracia formal que consiste en la afirmación de las libertades individuales y del Gobierno representativo, garantizando la autenticidad de esas valiosas instituciones mediante la técnica de la separación de poderes.

Los grandes pensadores socialistas asumieron la reforma liberal del Estado como un paso positivo en la historia, pero fueron más allá, porque se dieron cuenta de que con eso, y sólo con eso, una gran parte de los seres humanos no son real y verdaderamente libres.

Se dieron cuenta de que la libertad real de todos exigía liberar a los ciudadanos no sólo del absolutismo, y del control eclesiástico de las conciencias, sino que era necesario liberarles también de la prepotencia patronal, y del control que el poder del dinero ejerce sobre la vida social.

Sólo mediante reformas económicas profundas, y no sólo mediante revoluciones políticas, sería posible acceder a la libertad real para todos, es decir, a la Igualdad entendida como igual libertad.

Esto es la sustancia espiritual del socialismo y su razón de ser en la historia de los movimientos sociales. Resulta ya más accidental definir cuales y cuando son oportunas esas reformas económicas profundas.

Sabido es que el primer socialismo afirmó la necesidad de socializar íntegramente los bienes productivos. Hoy nos movemos sin embargo en la estela del modelo concebido por la socialdemocracia de entreguerras; es decir, en el modelo del Estado redistribuidor de las rentas producidas; de un Estado cuya enérgica intervención por vía fiscal y mediante empresas públicas,pueda sostener aquella serie de servicios gratuitos universales que le hicieron merecedor de los apelativos “Estado de bienestar”, o “Estado providencia”, en los años dorados de la socialdemocracia europea.

De ahí que el neoliberalismo concentre su enemiga antisocialista en su tendencia hacia el Estado minimo. Saben bien que en una sociedad atomizada, compuesta sólo de una suma numérica de individuos arrojados a una despiadada competitividad, la hegemonía y dominación de los más fuertes está garantizada.

Nosotros por el contrario afirmamos el valor de la igualdad por encima del principio de la libre competencia a toda costa. Nosotros creemos que la posesión de ciertos bienes imprescindibles para una vida digna tienen que ser garantizados a todos, y que si esto falla, o en la medida en que falla, entra en quiebra la legitimación moral del sistema. De ahí que nos parezca tan aborrecible el actual orden mundial, y el proceso de globalización salvaje.

La libertad económica de competir no puede ser utilizada legítimamente, como ninguna otra libertad, para destruir o reducir a lo inane las libertades reales de los otros, ni para imponer la dominación despótica de unos sobre el trabajo y/o sobre la formación de la conciencia de los otros. De otro modo, carecería de sentido el contrato social, o garantía recíproca del uso de las libertades.

Creo sinceramente, que en la evolución de la cultura occidental, y especialmente durante la modernidad, han tenido un desarrollo totalmente asimétrico los conceptos de libertad e igualdad. Se ha progresado notablemente en el concepto de libertad; incluso seguimos inventando nuevas proyecciones o derechos de la libertad individual (intimidad, propia imagen, objeción de conciencia, elección de la muerte digna, etc) todo lo cual es muy positivo. Pero en cambio parece estancado el concepto de igualdad; lo que se ha de entender por igualdad entre los seres humanos, y nos permitimos decir que es una sociedad respetuosa con la igualdad aquella que está generando de nuevo más desigualdades y un número creciente de marginados o excluidos. Si ahora preferís hablar de sociedad de los tres tercios, o de la dicotomía abismal norte-sur, decís sólo con un lenguaje más neutro lo que antes se dijo con un lenguaje más cargado de implicaciones axiológicas.

El propio movimiento feminista, tan basado en la palabra igualdad, se ha orientado hacia la igualdad formal, o igualdad de derechos y obligaciones con los varones, y todos nos felicitamos de los pasos dados en esa dirección. Pero ved también que las más recientes voces en el seno mismo del movimiento feminista son las que hablan de la discriminación y del mal trato del que son víctimas las mujeres menos letradas y menos cualificadas profesionalmente, siendo su lamentable condición indiferente al género de las personas que ejercen dominación sobre ellas.

Ya dijo Rosa Luxemburgo que no habría emancipación plena de la mujer desligando su causa de la causa de la emancipación del trabajo, y que a su vez ésta dificilmente se conseguiría sin la participación activa de la mujer en el trabajo, y en la lucha por la emancipación colectiva.

No quiero cuestionar con ello el acierto feminista de haber promovido organizaciones autónomas, cuya eficacia ha quedado bien demostrada, sino señalar los límites que tiene cualquier interpretación de la igualdad solamente referida a la igualdad de derechos, si es que esos derechos no comprenden el acceso garantizado por la sociedad a las condiciones de una vida digna, y muy en particular el derecho al trabajo, así como a la indemnización correspondiente en la situación de inactividad involuntaria.
Ahora entenderéis por qué me entristece leer en determinados manifiestos y textos programáticos que el concepto de igualdad se reduce al concepto liberal de igualdad ante la ley y de no discriminación por razón de raza, religión, condición, etc tomándose como paradigma de progreso social únicamente la idea tan de moda de “igualdad de oportunidades”.

Nosotros, que debemos considerar la “igualdad de oportunidades” como un mínimo, no podemos creer que sea el paradigma de nuestras aspiraciones de igualdad.

No podemos olvidar su raíz mercantilista. Al fin y al cabo la “igualdad de oportunidades” es en el mejor de los casos igualdad de posibilidades para competir, y bien sabemos que en toda competición unos ganan y otros pierden; que el resultado de toda competición es un orden jerárquico de superioridad y de inferioridad.

Con lo cual, puede parecernos aceptable que la “igualdad de oportunidades” legitime las desigualdades necesarias y permisibles. Pero nunca podremos aceptar que el acceso a los bienes imprescindibles para una existencia digna pueda depender de ninguna lucha competitiva.
No hay “mérito” legitimo de nadie que pueda esgrimirse como título para justificar un sistema que prive a otros de lo imprescindible para vivir como personas.

El hombre puede ciertamente competir por la mayor o menor posesión de bienes materiales, intelectuales y morales. Y esto ciertamente es una forma de distribuir los bienes.

Pero el hombre también puede cooperar, y establecer una distribución racional de bienes que al menos en parte no tome como criterio de distribución el éxito en la lucha competitiva; sino la necesidad real y actual en cada momento de la vida de los seres humanos.

Compensar y equilibrar ambas formas de distribución creo que fue el gran hallazgo de la Socialdemocracia, sobre cuyos avances se basó la paz social de Europa por medio siglo. Romper con aquella línea de progreso no es modernidad, sino pura regresión, llámesele como se llame.
Llegados a este punto, es justo reconocer que Izquierda Socialista se ha hecho acreedora de una muy positiva estimación por su tenacidad en defender -contra viento y marea- la aplicación del ideal igualitario sabiéndolo proyectar a las mediaciones propias de cada coyuntura, intentando contribuir de este modo a que el PSOE siga haciendo honor a su nombre y a su trayectoria histórica.

Para concluir, si se me permite utilizar algún minuto más, diría que :

Si se me pregunta en que ha consistido lo específico-diferencial del socialismo español, contestaría con una palabra: PABLISMO.

Pablismo es el estilo que infundió Iglesias a las organizaciones por él creadas. Iglesias se consideraba a si mismo un fiel marxista, pero fue sobre todo un gran humanista y un regenerador de la vida pública. Por eso lo respetaba tanto Ortega y Gasset, y por eso lo admiraba y quería tanto D. Antonio Machado.
Sus principales virtudes fueron la laboriosidad incansable al servicio de los trabajadores, su seriedad, es decir, la implacable coherencia entre lo que pensaba, lo que decía, y lo que hacia; su sereno arrojo para estar donde creía que debía estar, lo que le llevó siete veces a la cárcel. Fue laico y republicano sin estridencias. Hay que destacar su prudencia, por eso desconfiaba del mito de la huelga general revolucionaria. Sin negar que en la sociedad habría un día un corte drástico, operaba cotidianamente como un gradualista, pero sin abdicar de la meta.

Ese conjunto de rasgos perfilan el pablismo y evocarlos, así como difundir los conceptos de las grandes figuras de la historia del socialismo es otra de las tareas que creo debemos asumir sobre todo quienes estamos alejados del fragor del día a día. Cada tarea tiene su hombre y su momento.

Hablo a quienes han sido capaces de mantener durante veinte años la continuidad y la coherencia de un discurso político socialista; atravesando toda suerte de dificultades. Por eso, lo mejor que puedo decir de quienes militan en la Corriente, es que participan -como tantos otros socialistas y ugetistas en cualquier rincón de España- de aquel modo de hacer, y de aquel espíritu, que se ha dado en llamar pablismo.

Y termino :

Perdonadme si sólo he dicho lugares comunes de todos vosotros conocidos. Tomadlo al menos como el recitado de unas creencias que ningún día debemos olvidar para que algún día lleguen a ser el lugar común de toda la sociedad.

Las circunstancias adversas pueden hacemos acatar hechos y formas de actuación hoy por hoy inamovibles. Pero creo que nosotros no debernos contribuir a su consolidación ni a hacerlos inamovibles en el futuro mediante el grave error de confundir la necesidad y la virtud, llamando justo, bueno y- conveniente, a lo que es simplemente inevitable en nuestro tiempo.

Las verdades de hecho han servido para avanzar en la ciencia empírica, y en la tecnología. Pero son las verdades de razón las que hicieron posible avanzar más en la humanización de la cultura. El socialismo es un humanismo precisamente por cuanto exige someter la racionalidad económica y la racionalidad técnica a una racionalidad universal, cuyo supremo valor es la autonomía de la conciencia moral individual, y la consecución de un orden convivencial sin opresión.

Ved, pues, el valor que tiene mantener la llama de las creencias, creencias que recibimos a su vez de los antiguos militantes, todo ello a fin de que otros más jóvenes, en mejores circunstancias, lleguen a dar los pasos que nosotros no pudimos o no supimos dar, pero de los que nos queda al menos plenamente vivo el anhelo y la esperanza.

Compañeras y compañeros : ¡¡Salud¡¡

LUIS GÓMEZ LLORENTE.

junio 01, 2006

Al pueblo de Chile, Salvador Allende

Comunicado en repuesta al acuerdo de la Cámara de Diputados del 22 de Agosto de 1973, declarando la ilegitimidad del Gobierno y llamando al golpe.

“Al país:

La Cámara de Diputados ha aprobado, con los votos de la oposición, un acuerdo político destinado a desprestigiar al país en el extranjero y crear confusión interna. Facilitará con ello la intención sediciosa de determinados sectores.

Para que el Congreso se pronuncie sobre el comportamiento legal del Gobierno, existe un solo camino: la acusación constitucional según el procedimiento expresamente contemplado por la Constitución. En las elecciones parlamentarias últimas sectores opositores trataron de obtener dos tercios de los senadores para poder acusar al Presidente. No lograron suficiente respaldo electoral para ello. Por eso, ahora, pretenden, mediante un simple acuerdo, producir los mismos efectos de la acusación constitucional. El inédito acuerdo aprobado no tiene validez jurídica alguna para el fin perseguido, ni vincula a nadie. Pero contiene el símbolo de la renuncia por parte de algunos sectores a los valores cívicos más esenciales de nuestra democracia.

En el día de anteayer, los diputados de oposición han exhortado formalmente a las Fuerzas Armadas y Carabineros a que adopten una posición deliberante frente al Poder Ejecutivo, a que quebranten su deber de obediencia al Supremo Gobierno, a que se indisciplinen contra la autoridad civil del Estado a la que están subordinadas por mandato de la Carta Fundamental, a que asuman una función política según las opiniones institucionales de la mayoría de una de las ramas del Congreso.

Que un órgano del Poder Legislativo invoque la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden frente al Gobierno democráticamente elegido, significa subordinar la representación política de la Soberanía Nacional a instituciones armadas que no pueden ni deben asumir funciones politicas propias de la epesentación de la voluntad popular. Esta última en la democracia chilena está delegada exclusivamente en las autoridades que la Constitución establece. Ninguna magistratura, ninguna persona ni reunión de personas puede atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les haya confeido por las leyes. Todo acto que contravenga este artículo es nulo. (Artículo 4 de la Constitución vigente).

El Presidente de la República, en uso de sus atribuciones privativas, ha confiado responsabilidades ministeriales a las Fuerzas Armadas y Carabineros para cumplir en el Gabinete un deber superior al servicio de la paz cívica y de la Seguridad Nacional, defendiendo las instituciones republicanas frente a la insurrección y terrorismo. Pedir a las Fuerzas Armadas y Carabineros que lleven a cabo funciones de gobierno al margen de la autoridad y dirección política del Presidente de la República es promover al golpe de Estado. Con ello, la oposición que dirige la Cámara de Diputados asume la responsabilidad histórica de incitar a la destrucción de las instituciones democráticas, y respalda de hecho a quienes conscientemente vienen buscando la guerra civil.

Dicha mayoria ha desnaturalizado el contenido de la facultad fiscalizadora que el Articulo 39 N° 2 otorga a la Camara que establece que los acuerdos y observaciones adoptadas "se trasmitiran por escrito al Presidente de la Republica" no directamente a los Ministros, como se ha hecho , y que "no afectarán la responsabilidad politica de los Ministros" mientras que si la contempla el acuerdo mencionado.

Con una fundamentación Ilena de afirmaciones ya antes refutadas en su integridad por el Gobierno por gratuitas o infundadas, en su mayor parte reversibles contra el uso que la oposición ha hecho de su mayoria parlamentaria, ésta pretende destruir el basamento institucional del Estado y del Gobierno republicano, democrático y representativo.

El acuerdo aprobado, más que violar, niega la substancia de toda la Constitución. Y de modo directo los articulos,1, 2, 3, 4, 9, 10, 22, 23, 39, 60, 71, 72 y 78b de nuestra Carta Fundamental. La oposición está abjurando de las bases del régimen politico y juridico establecido solemnemente en la Constitución de 1925 y desarrollado en los pasados cuarenta y siete años. Pretende, asimismo, constituir a la Cámara de Diputados en poder paralelo contra la Constitución y revela su intención de concentrar en el Congreso el poder total al arrogarse funciones del Ejecutivo, además de las legislativas que le son propias.

La democracia chilena es una conquista de todo el pueblo. No es obra ni regalo de las clases explotadoras y será defendida por quienes, con sacrificios acumulados de generaciones, la han impuesto.

Con tranquilidad de conciencia y midiendo mi responsabilidad ante las generaciones presentes y futuras, sostengo que nunca antes ha habido en Chile un Gobierno más democrático que el que me honro en presidir, que haya hecho más por defender la independencia económica y política del país, por la liberación social de los trabajadores. El Gobierno ha sido respetuoso de las leyes y se ha desempeñado en realizar transformaciones en nuestras estructuras económicas y
sociales.

Reitero solemnemente mi decisión de desarrollar la democracia y el Estado de Derecho hasta sus últimas consecuencias. Y como dijera el pasado día 2 en carta al presidente del Partido Demócrata Cristiano, “es en la robustez de las instituciones políticas donde reposa la fortaleza de nuestro régimen institucional”.

El parlamento se ha constituido en un bastión contra las transformaciones y ha hecho todo lo que ha estado en su mano para perturbar el funcionamiento de las finanzas y de las instituciones, esterilizando cualquier iniciativa creadora. Anteayer la mayoría de la Cámara de Diputados, al silenciar toda condena al terrorismo imperante, en el hecho lo ampara y lo acepta. Con ello, facilitan la sedición de los que quisieran inmolar a los trabajadores que bregan por su libertad, económica y política plenas. Por ello me es posible acusar a la oposición de querer impedir el desarrollo histórico de nuestra legalidad democrática, elevándola a un nivel más auténtico y alto. En el documento parlamentario se esconde tras la expresión "Estado de Derecho" una situación que presupone una injusticia económica y social entre chilenos que nuestro pueblo ha rechazado.

Pretenden ignorar que el Estado de Derecho sólo se realiza plenamente en la medida que se superen las desigualdades de una sociedad capitalista.

Con estas acciones la reacción chilena descubre ante el país entero y el mundo los intereses egoístas que defiende.

Son muy trascendentes y graves las medidas económicas y politicas que nuestro pais necesita para superar la crisis total a que se nos está queriendo arrastrar, medidas que el Gobierno adoptará pese a los obstaculos que se ponen por delante y en las que ha solicitado la colaboración de los sectores democráticos de oposicion.

Pero cuando a la parálisis de las instituciones impuesta por el Congreso sucede el intento de destruir al propio Estado, cuando la formidable ofensiva que se ha desencadenado atenta, directamente contra la democracia y el régimen de derecho, mi deber patriótico me obliga a asumir y usar en su plenitud todos los poderes politicos y administrativos que la Constitucion me confiere como Jefe Supremo de la Nación.

Cada ataque, cada peldaño que franquea la reacción en su afán de destruir las vidas, los bienes materiales, las instituciones cívicas y las militares, obra esforzada de decadas de historia, fortalecen mi animo, multiplican mi voluntad de luchar por el presente de tantos millones de chilenos que buscan paz, bienestar y amor para ellos y la patria.

Hoy cuando la reacción embiste de frente contra la razón del derecho y amenaza de muerte a las libertades, cuando los trabajadores reivindican con fuerza una nueva sociedad, los chilenos pueden estar seguros de que el Presidente de la República, junto al pueblo, cumplirá sin vacilaciones con su deber, para asegurar así la plena realidad de la democracia y las libertades dentro del proceso revolucionario. Para esta noble tarea convoco a los trabajadores, a todos los demócratas y patriotas de Chile.

SALVADOR ALLENDE G.
Presidente de la República.